- El océano – dije – , míralo allí fuera, batiendo, moviéndose arriba y abajo. Y debajo de todo eso, los peces, los pobres peces luchando entre sí, devorándose entre sí. Nosotros somos como esos peces, sólo que estamos aquí arriba. Un mal movimiento y estás acabado. Es bueno ser un campeón. Es bueno conocer tus movimientos.
Saqué un puro y lo encendí.
- ¿ Otra copita, Mary Lou?
- Como no, Hank.
Cartero. Charles Bukowski (1971)
O lo que es lo mismo: la ley del más fuerte. El escritor americano no la podía haber descrito mejor en esta bonita imagen. Mientras leía estas líneas me vino a la cabeza otro Charles, en este caso, Darwin, y su Teoría de las especies. Por su paralelismo con la imagen que nos cuenta el Cartero. Sólo sobrevivirán las especies favorecidas en la lucha por la vida. Las más listas, las más guapas, las más fuertes, las más locas, las más todo.
Curioso. Escritor y científico confluyendo en el mismo punto. Nunca me habría planteado semejante mezcla.
Vamos, que las expresiones de toda la vida que había escuchado en el patio de la escuela como “maricón el último” o ” quien se fue a Sevilla perdió su silla” son las que te irán marcando el terreno para el resto de tus días. The law of the jungle. El ¡espabílate , coño! .
Que sí, que como en un cuadrilátero, como los peces en el océano, aquí hemos venido a ganar, que si no se nos comen vivos. Que medio mundo se come al otro medio. Y que quien no llora no mama. Que Roland Garros sólo lo gana 8 veces un campeón como Rafa Nadal. Que las guerras sólo las ganan los que mejor envainan su espada. Que es bueno conocer tus fortalezas, pero también tus debilidades, porque si sólo tú sabes cuáles son, no habrá Talón de Aquiles que valga. Que hay Lobos de Wall Street por todas partes. Y buitres. Que se te comen vivo o muerto.
Que yo nunca he sido buena compitiendo.
Pero va a ser que tienen razón.
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