No me gusta meterme en estos 'fregaos' teniendo en cuenta la cantidad de opiniones que existen en nuestro país sobre este tema, pero, no he podido por menos hoy.
Queremos y deseamos que haya leyes protegiendo a nuestros animales, leyes que impidan el maltrato animal, leyes que penen a aquellos que cazan sin licencias, nos quejamos de que nuestro 'ex-rey' haya ido a cazar elefantes, pero... ¿En serio no vemos lo que pasa cada año en Tordesillas con el toro de la vega?
Se trata de un "evento taurino" (y lo pongo entre comillas porque precisamente YO no lo llamaría así), de origen medieval. Únicamente (gracias a Dios) se celebra en Tordesillas. Consiste (para aquellos que no lo sepas o hayan escuchado algo al respecto), en una lucha, caza o persecución de un toro por centenares de lanceros por las calles del pueblo, hasta conducirlo a campo abierto donde intentarán, (y ya ves que si lo intentan), darle muerte a lanzadas. Se celebra anualmente en el mes de septiembre.
Como podéis comprobar mi postura es antitaurina total, odio el maltrato animal y soy una clara defensora de los mismos. Sufro cada vez que veo una noticia sobre las vejaciones que sufren en algunas partes del mundo, incluido nuestro país, ciertos animales.
Este 'evento' es pura diversión. Diversión por ver torturar un toro hasta la muerte, del que se ríen y aplauden con su agonía. Y ya no hablo solo de este acontecimiento, sino por todas aquellas corridas de toros que con regularidad se celebran en nuestro país.
Recuerdo, en mi época en el colegio, cuando en historia nos contaban lo que hacían los romanos con los cristianos en sus circos, pues bien, siempre lo comparo con esto. No nos gusta y repudiamos aquellas salvajadas que se hacían pero... ¿básicamente no es lo mismo pero con los papeles cambiados?
Año tras año hay muchas criticas al respecto, este año en concreto, ha habido hasta campaña televisiva para intentar que no se celebrara esta animalada. Y de nada sirvió, de hecho, se celebró ayer. Hubo unos 300 detractores intentando que no se celebrara, pero por desgracia lo único que consiguieron fue retrasar el fatídico final 30 minutos.
¿Cuánto tiempo necesita una sociedad, en pleno siglo XXI y en un país desarollado como el que estamos, para dejar de divertirse de esta forma?
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